Ser natural v/s ser bella
Me maquillo: “¡Guau! He quedado guapísima”.
No me maquillo o estoy recién despierta: “Uy que estoy fea, estas ojeras no pueden más y tengo una cara de cansada que no me la saca nadie”,
Uso filtro en las RRSS: “¡qué bien me veo así! Podría hacerme algo en los labios”
Me grabo sin una pisca de éstos: “¡Uf, que carita! Mejor busco un filtro que no se note tanto, pero que me haga ver mejor”
Y es así como nuestro discurso interno empieza a decirnos con fuerza “Sólo eres bella si no eres natural, si no eres tú”
A mi esto de los cánones de belleza me afecta. Y un montón.
Me imagino que a ti también, que te hace dudar de tu apariencia, de todo lo bueno que tienes e incluso en algunas situaciones te lleva a ocultar partes de ti.
Y para qué decir de las niñas...las nuevas generaciones tienen un déficit de aceptación corporal importante:
Un estudio realizado por Dove, a nivel mundial, nos muestra con números algo que a mi, no me deja dormir:
El 80% de las niñas de 13 años ha usado un filtro o una app para cambiar su apariencia física en las fotos.
El 77% de las niñas trata de cambiar u ocultar alguna parte de su cuerpo antes de postear una foto.
El 52% de las niñas afirma que los filtros se han convertido en parte de su vida diaria.
Definitivamente, si hay algo claro, es que no nos gusta ser como somos. Y eso es una fuente de estrés, preocupaciones, bajo ánimo, incomodidad, inseguridad, y por su puesto, baja autoestima.
¿Y si yo no quiero ser como soy?
¿Cómo podré ser capaz de amar a otro si me miro en el espejo y no puedo quererme? ¿No puedo aceptarme?
¿Cómo podré enfrentar los cambios de estación, el ámbito sexual o un día cansada, si no me permito ser yo?
¿Cómo podré disfrutar si mi cabeza está en mi cuerpo y no en el momento?
BAJENME DE ESTE TREN DE EXIGENCIA Y FALTA DE ACEPTACIÓN.
Bajenme a mí y a todas las mujeres.
Ya no quiero jugar a ser otra mujer.
Ya no quiero mirar a la de al lado y pensar que es más que yo, cuando incluso ella cree que hay alguien más que ella.
Ya no quiero mirarme una parte de mi cuerpo que me genera inseguridad, y dejar de lado mi sonrisa, mi actitud o mi pelo.
Pero para bajarte de este tren, tienes que SI O SI subirte a otro: al tren de la AUTOACEPTACIÓN.
¡No hay pasos intermedios!
Si quieres empezar a mirarte con ojos de compasión, amor y aceptación, tienes que hacer un trabajo con tus creencias que llevas años reafirmando de forma inconsciente.
Si quieres empezar a disfrutar del momento, ¡tienes que aprender a ser más OBJETIVA y menos CRUEL!
Si deseas de todo corazón dejar de compararte, tienes que ver con firmeza y sin dudar, todo lo que pierdes al hacerlo. Cuál es el gran costo de esta acción tan tóxica para ti.
Aceptarte es posible.
Muy posible.
Y yo lo he visto en incontables ocasiones en mujeres que tienen ganas y motivación de hacer este cambio, que genera un antes y un después en sus vidas.
Sólo tienes que decidir hacer un cambio de vagón.
Pero ojo: muchas personas estarán en contra de tu nuevo pensamiento, porque les mostrarás lo incómodo que es mantenerse en su posición actual.
¡Espero haberte hecho pensar hoy!
Porque mereces AMAR y ACEPTAR tu cuerpo.
Mereces disfrutar de cada momento.
Mereces sentir seguridad y confianza en ti misma.
Por último, antes de cerrar esta nota hecha de lo más profundo de mí, te quiero aclarar algo relevante: aceptar tu cuerpo no tiene nada que ver con descuidarlo o no querer cambiar nada. ¡Es todo lo contrario! pero los cambios se hacen desde el amor. ¿Ahora te hace total sentido y te motiva más querer subirte a este tren?
Cariños,
Isa.