El costo de no estar feliz con tu cuerpo es muy alto.

Imagina lo siguiente: pronto tienes tus vacaciones, y lo único que quieres es disfrutar, aprovechar al máximo todos los momentos, pero hay algo que te limita, algo que no te deja fluir: la relación con tu cuerpo. Piensas muchísimo sobre este tema varios días antes, y esto ocupa gran parte de tu espacio mental: de tu salud.

Empiezas a ponerte ansiosa y tienes pensamientos del tipo “todos se fijarán en que subí de peso” “ay que incómodo ponerme cosas cortas, es obvio que esos shorts ya no me cruzan” “tengo que ir a comprarme ropa pero me rehuso a subir mi talla” “¿en serio es necesario ir a una playa o meterme en la piscina? Estoy blanca” “¡qué vergüenza! Me carga mostrar mis brazos” “'voy a cerrar la boca estas dos semanas a ver si bajo” Y es así como entramos en un círculo vicioso de control, autocrítica y disconformidad corporal que impacta directamente en nuestro ánimo y bienestar.

El costo es demasiado alto.

El costo de no estar feliz con tu cuerpo es muy muy alto. Dejas de disfrutar, de estar aquí presente en el momento por estar inmersa en pensamientos que te hacen daño, dejas de relacionarte con las demás personas desde la autenticidad por miedo a mostrarte libre y tal cual eres, dejas de creer en ti.

¿Realmente vale la pena? Yo empezaría a cuestionar cuánto perdemos cada vez que nos alejamos del fluir e intentamos depositar gran parte de nuestra autoconfianza en un solo aspecto (el físico). Sin duda, tú y yo somos mucho más que eso: tenemos el área social, emocional, virtudes, cualidades únicas y mucho por entregar y compartir desde un lugar positivo, cómodo y libre.

Estés donde estés hoy día: mereces disfrutar, mirarte con amor, comprensión y compasión. Y con esto, no me refiero que tienes que dejar de cuidar tu hogar - tu cuerpo -, caer en hábitos poco saludables y darle pase libre a un montón de vicios que sabemos que no te son una ventaja en ningún aspecto. No, porque eso tampoco sería darle amor a tu cuerpo, a tu templo.

La aceptación corporal es la condición previa a cualquier cambio, pero en la medida en que nos transformamos en la versión que queremos, también nos amamos en el camino. Abrazamos lo de hoy desde el amor, para lograr lo que queremos mañana. Hoy eres suficiente, y mañana también lo serás. Eso no está en juego. Tu valor no depende de esto, y este es el mensaje que te quiero reforzar hoy.

Estar feliz con tu cuerpo no depende de un número en la pesa ni una silueta similar a la que ves en Instagram.

Estar feliz con tu cuerpo es un trabajo de autoestima: de sentirte capaz de mostrarte tal cual eres y ser merecedora de disfrutar de él. Tiene más de trabajo de autoconfianza y crecimiento personal que de trabajo físico per sé. Es por esto que existen muchas mujeres que se acercan a los cánones de belleza y aún así no están conformes con su cuerpo. La receta no es solo cuerpo, es una unión con el alma y la mente también.

Te invito a reflexionar y a cuidar tu cuerpo, te invito a cambiar esa forma de pensar, a decirte cosas lindas y darle una apropiada alimentación y movimiento, a ser compasiva y comprensiva cuando ocurren cambios esperables de éste, como cuando estamos bajo estrés, sufrimiento, postparto o incluso felicidad. Te invito a cambiar, porque con tu cambio sana nuestra generación y las que están por venir.

Y lo mejor de todo, es que si estás leyendo esto, es porque eres capaz de lograrlo, de ser una tremenda agente de cambio y ejemplo a seguir. Eres inspiración y tienes que ser consciente de esto. No a cualquier mujer y persona le parece atractivo este tipo de contenido.

¡Gracias por leerme una vez más! Por no perderte mis mails y post de Instagram. Por sumarte a esta ola de mujeres valientes y decididas a ir por más, gracias al tremendo esfuerzo y trabajo de autoestima y autoconfianza que hacen día a día.

Pronto, en honor al compromiso entregado por esta hermosa comunidad, daré una noticia ATÓMICA a través de mi Instagram. Solo decirte: nos volveremos a ver, más pronto que tarde.

Te mando muchísimo amor e infinito cariño del alma,