¿Cómo sané mi autoestima?

De si algo estoy convencida, es que la autoestima puede variar en distintos momentos de nuestra vida...y esto, es porque existen muchas dimensiones que la conforman: física, laboral, emocional, social, académica, familiar, entre otras. Es por esta misma razón que es tan común que nos sintamos - en un determinado momento - merecedoras, valiosas y capaces en un aspecto de nuestra vida y en otros nos sintamos poco suficientes o no merecedoras de lo bueno que nos regala ese otro aspecto, y que luego esto se invierta. Por ejemplo, podemos sentirnos bien en cuanto al aspecto físico y sentirnos poco capaces en el laboral en un momento específico y luego esto puede ser al revés.

Y para encontrar el equilibrio, sanar nuestra autoestima, se pueden hacer infinitas acciones y cada persona tiene que forjar su propio camino. Pero hoy, yo te quiero contar cuál fue el primer paso de los 10 que tomé al comenzar este recorrido. Está claro que en su momento no lo ví así tan claro y ahora que le pude poner cabeza y corazón, me di cuenta de que había transitado por 10 etapas, 10 pasos en donde desde el primero empecé a construirme, a quererme y a tratarme de una mejor manera, una manera que realmente era para mi, que no me hiciera sufrir.

Mis emociones: la brújula que todos necesitamos

Antes de partir mi primera terapia, no tenía claro cómo rayos se podía diferenciar una emoción de la otra. ¿Si era algo que pude ver por mi misma? No, y por eso necesité a alguien que me apoyara y acompañara en este proceso y que me hiciera ver que por 24 años había gestionado mis emociones de una forma pobre, me conocía poco y eso me hacía muchas veces llegar al punto de simplemente, no entenderme o sentir confusión porque mi pensar y actuar discrepaban. En pocas palabras, estaba totalmente desconectada de mí misma...y sí no restauraba este orden, no podría sanar, no podría liberar ni soltar todo aquello reprimido y oculto.

Comencé ampliando mi vocabulario emocional...todo aquello que me pasaba ya no me “daba lata” si no que me hacía sentir “frustrada, triste, decepcionada o incluso aterrada”, y esas mismas palabras las empecé a incluir - intencionalmente - en mi día a día, cuando me relacionaba con los demás. Y eso abrió una llave, una llave que no paró y que hasta hoy en día es una gran herramienta para saber cómo estoy y las razones de mi sentir y actuar.

Mis emociones se convirtieron en mi brújula, y ellas son mi guía actualmente, en conjunto con mi intuición. Y me sentí más capaz de dar a conocer lo que me pasaba, porque realmente era consciente de lo que sentía y ya no lo ocultaba; y fue así como este primer paso me hizo mejorar mi autoestima en el aspecto emocional, fue así como construí una imagen mía mucho más positiva en cuanto a cómo me conectaba con mi lado luminoso y mi lado más oscuro, consiguiendo estar en paz cuando lo hacía.

Este paso fue el primero...y te lo cuento por una sencilla razón (o más de una la verdad):

  1. Quiero que tú también sepas que puedes con tooooodos los aspectos y dimensiones de la autoestima. Puedes con todo lo que te propongas desarrollar y mejorar.

  2. Que te animes a conocer mis otras 9 etapas que me hicieron ser una mujer segura y feliz conmigo misma, pero que claro, sigue trabajando en este hermoso proceso de aprender a quererse.


Si la segunda opción te llamó la atención, y no te quieres perder la oportunidad de conocer mi camino, no olvides suscribirte en la Charla sin costo “¿Cómo logré una sana autoestima?” el día lunes 03 de mayo a las 19:00 hrs vía zoom

Solo MIL cupos disponibles, pincha aquí para ir directo a la página de suscripción.

Un abrazo apretado

¡Nos vemos ese día bella!