Pausa para el alma Fecha: 19 de Febrero, 2020

El domingo llegué al campo de una muy buena amiga mía en Temuco, con la idea de disfrutar, pero por supuesto que de trabajar a full también. Lo logré el domingo y les diría que el lunes, pero no al cien…Ya el martes la cosa no iba como antes, estaba con las emociones a flor de piel y con el ánimo más bajo de lo normal.

Para mí, hay fechas que son sensibles y hoy 19 de febrero es una de ellas. Mi papá, que está en el cielo hace casi 3 años, estaría cumpliendo 60... sí, dejó esta tierra bastante joven. Él era mi partner, mi todo y hoy en día es mi principal motor para estar ayudando a tantas mujeres a quererse y amarse. No hay día que no lo piense o me acuerde de él (sea con una sonrisa o una lágrima en la cara).

Es por eso que desde ayer decidí tomarme una PAUSA, y de eso me gustaría hablar hoy, de la importancia de aprender a PARAR, DETENERNOS, sobre todo cuando nuestra mente, cuerpo o espiritualidad lo pide.

¿Qué pasa cuando no nos escuchamos y no paramos ese agitado ritmo de vida? Nos enfermamos, el cuerpo grita y grita fuerte. El dolor y la angustia no elaborada, simplemente se filtra por otra parte.

¿Qué pasa cuando nos dejamos de lado y decidimos solo escuchar a nuestra mente y no a nuestro corazón? Nos desconectamos y eso nos deja un vacío, nos volvemos personas infelices.

¿Qué pasa cuando no nos detenemos a mirar a nuestro alrededor? No disfrutamos de las cosas simples de la vida y del presente, y nos ponemos ansiosos por un futuro.

¿Qué pasa cuando no nos damos tiempo para nosotras? Estamos diciéndole al universo que no merecemos ni siquiera un espacio y tiempo solo para nosotras, y eso implica sentir que ni para eso somos importantes.

Darse una pausa es mucho más que ir al gimnasio, ver Netflix o juntarse con amigas. Es caminar, escribir, dejar fluir el pensamiento y conectarnos con lo más profundo de nuestro mundo interior: nuestras emociones. Es por eso, que hoy en la actividad de miércoles de, las quiero invitar a DARSE UNA PAUSA, un regalo para el alma. A hacer introspección y reflexionar sobre cómo se encuentran hoy, y para eso, les quiero pedir que por favor, se detengan a pensar en eso 30 min y anoten en un cuaderno TODO lo que se les venga a la cabeza después de leer este post.

Algunas ideas o frases que las pueden inspirar para reflexionar y conectarse:

  1. ¿Qué emoción es la que predomina en mis días? ¿Pena, ansiedad, alegría, tranquilidad? Les puede servir para conectarse con mayor facilidad poner música que inspire relajación o de meditación, o seguir su propia respiración.
  2. ¿Cuales son mis pensamientos o preocupaciones que vienen a mi cabeza justo antes de dormir?
  3. ¿Por qué siento esas emociones y/o tengo esos pensamientos? ¿De dónde vienen esas sensaciones y/o preocupaciones?
  4. ¿Qué puedo hacer para sentirme mejor? Acá es importante que no te sobreexijas, recuerda que la idea es que no te pongas más ansiosa o te pongas estándares que no puedas o no quieras cumplir. Sé libre.
  5. ¿De qué estoy agradecida? Aprovecha de anotarlo, eso puede que te ayude a mejorar tu ánimo y a conectarte con la abundancia. No sólo ver lo negativo.

La desconexión entre cuerpo, mente y espiritualidad es totalmente nociva para cualquier persona. Pero ¿quién nos enseña a conectarnos? Es por eso, que hoy quería compartir mi PAUSA con ustedes y mis estrategias para conectarme conmigo misma. Durante estos dos días, en donde en mí predominaba la tristeza como emoción:

– Hice terapia de sueño porque mi cuerpo me decía que lo necesitaba: dormí 10 horas cada noche.

– Leí libros bajo el sol y disfruté mucho cada comida: cada vez que comía dejaba el celular en la pieza para no tener distracciones.

– Me conecté con la naturaleza: anduve a caballo e hice una linda caminata de más de 1 hora por un bosque nativo del sur de Chile.

– Lloré cada vez que quise: cuando me desperté, a medio día y en la noche. ¡Nada mejor que soltar esa angustia y liberarte de la pena! Uno después de llorar, la gran mayoría de las veces, termina riendo…nada más aliviante. ¡Jamás vuelves a ser la misma después de llorar, es lo máximo!

¡Es momento de darnos una pausa! Hazlo a tu manera, esa fue la mía. Un abrazo grande, lleno de luz y abundancia para todas.

Cariños como siempre,

Mipacareu.