Carta de mi para ti: «Mujer que anhela quererse» Fecha: 22 de Abril, 2020

Hoy les escribo no para darles un ejercicio terapéutico para mejorar la autoestima ni para darles tips de imagen que quizás les sirvan para sentirse mejor con lo que proyectan hacia ustedes mismas y al mundo…hoy quiero hacer algo distinto. Después de haber leído 168 encuestas, en donde decidieron abrir su corazón, contarme sus miedos y hablarme sobre cada una de sus inseguridades y complejos, sentí que estaba en deuda, y que para poder saldarla, lo único que podría hacer y se me ocurrió fue abrir mi corazón también: hacerles una carta a todas esas mujeres que intentan amarse, sentirse valiosas, suficientes, pero que en muchas ocasiones el camino de la autoaceptación y amor propio se les hace cuesta arriba.

En esta carta yo cito muchas de las frases que aparecen en la encuesta, pero de forma anónima. Creo que no compartir lo que yo viví al leer sus respuestas es egoísmo ¿cómo no invitarlas a reflexionar y conmoverse como yo lo hice? Para mi fue un balde de agua fría, sin duda, pero creo que solo gané una mayor apertura de mente y ganas de ser aún más empática con todas las mujeres del planeta. ¡Si les sale más de alguna lagrima con esto, es normal! También me pasó…

Querida mujer que anhela quererse:

¿No encuentras increíble, que lo que tu piensas de ti misma impacte tanto en cómo te sientes y vives tu día a día? ¿Que según lo que crees que vales, elijas tus metas y sueños, las relaciones a las que aspiras e incluso ya tienes, y el trato que aceptas y los límites que pones? ¿que muchas veces antepongas la opinión de los demás a la tuya, y que eso te haga sufrir? Hay un sinfín de cosas que nos hacen ver que el amarnos no es algo superficial, si no que es la razón de nuestro pensar, sentir y hacer…y es por eso que hoy estoy escribiendo estas palabras para ti.

Cuando te leo y me dices «siempre me tiro para abajo, y cuando me esfuerzo mucho y las cosas no resultan como yo espero, me quiero rendir y dejar todo» siento muchísima frustración, y lo único que me dan ganas de decirte – con todas mis fuerzas – es que tú puedes más de lo que crees, tienes herramientas que quizás aún no detectas y redes de apoyo que sí mereces ¡tú eres más capaz y poderosa de lo que piensas! ¡no te dejes engañar por esos pensamientos! Muchas veces no te van a dejar en paz y tú me dirás con rabia «Necesito poder creer en mi misma, superar todo este dolor, quererme, confiar en mi, superar todas mis inseguridades que son gran parte del por qué no concreto nada, siempre tengo miedo a lo que pueda pasar y pienso tanto las cosas» Pero yo volveré a decirte, no te dejes engañar por esos pensamientos…realmente eres única, real y poderosa ¡con trabajo podrás manejarlos y así ahuyentarlos! ¡solo confía!

Pero luego de que conseguimos un avance y te veo un poco más en paz, entra en juego el plano físico, tu aspecto corporal. El que te veas expuesta a tantas exigencias irracionales, como los cánones de belleza establecidos, que son casi imposible de conseguir; el haber nacido en una cultura en donde el envoltorio vale más que el regalo en sí (porque sí, tu cuerpo es un gran regalo, ¡imagínate todo lo que te permite hacer!); el que envejecer sea razón de miedo y no de goce, solo me hace pensar que todo eso es injusto, pero veo que ese argumento no es suficiente para que estés en calma: te veo a ti, te leo, te escucho y sufro al hacerlo «Estos días me he sentido muy mal, no me gusta mirarme al espejo, no me gusta como soy, me siento fea y no me gusto» agregas nuevamente, repitiéndote palabras y frases que solo aumentan tu dolor «Me miro en el espejo y sé que soy bonita, pero me doy asco». ¿Cómo convencerte que yo te encuentro maravillosa? ¿Que creo que eres preciosa y que brilllas cuando eres tú misma? Lo más triste es que sé, que por muchas veces que te lo diga, sólo tú tienes el poder para poder cambiar esa percepción de ti…y sí que lo tienes.

Y no solo sientes que tus pensamientos y tu físico es tu enemigo mujer, ahora te culpas por tus emociones, te castigas por el simple hecho de sentir ¡cuando todo eso es tan normal! ¡El sentir nos hace humanos y nos da a conocer qué es lo que pasa en nuestro mundo interno! Pero crees que ser perfectas es siempre sonreír, no sufrir ni vivir ansiedades, estás convencida de que debes obligarte a solucionar todo ya: «Me gustaría trabajar mi ansiedad, eso me ha afectado de muchas formas y me gustaría solucionarlo» «Me gustaría mejorar mi autoestima, mi seguridad y también saber cómo canalizar mis emociones y saber expresarlas. Siento que no sé entregar mi cariño por desconfianza a que me dañen y también me guardo todos mis problemas. También postergo todas mis emociones, me estresan, me dan ansiedad a la larga y me cuesta decidir por mi» Y cuando te leo…solo reacciono a preguntarte ¿realmente necesitas todas estas cosas ahora? ¿necesitas solucionar esto o es mejor que abraces a esas emociones, que son tan comunes y a todas nos vienen a visitar? Quizás la clave está en comenzar a ser quizás más compasiva y menos cruel contigo misma.

Por último, yo te pregunto sobre qué piensas de la idea creer en ti, de poner primero el aceptarte túantes de optar por darle más importancia a la validación de los demás. Me miras y respondes «Quiero dejar de pensar que la gente piensa que no sirvo…que profesionalmente me faltan conocimientos: todo eso está en mi mente… O cuando alguien me mira con desaprobación me siento súper mal porque reafirma todo lo que yo supongo que el resto piensa y opina de mi» y luego con angustia me dices «Quiero dejar de pensar en lo que el resto piensa de mi, a veces es tanto que ni siquiera sé identificar lo que realmente me gusta porque pienso primero en si le gustaría al resto o no. Quiero poder concentrarme en mi sin sentirme juzgada porque sé que esos juicios, más que del resto, son de mi hacia mi». No puedo quedar tranquila con lo que me dices, pero solo me nace darte un abrazo y decirte que el día en que te ames a ti misma vas a empezar a poner tu opinión por delante y sentirás libremente, sin que mande lo que piensan los demás. Ese día donde te des cuenta de que eres merecedora de decidir por ti misma, de brillar con tus decisiones e incluso errores, serás libre de intentar complacerlos a ellos y no a ti.

¡Este sí es tu momento! Es momento de que sueltes exigencias irracionales que solo te hacen sentir inferior, y empieces a explorar ese mundo de aptitudes y habilidades increíbles que te hacen ser única y diferente a los demás. Es momento de que el respeto parta de ti a ti misma y no esperar a que los demás lo hagan primero. Es momento de abrazar tu cuerpo tal como es y todas tus emociones, desde cuando lloras de la risa y estás en pleno goce, a cuando lloras y sientes como si el corazón se te hubiera partido en dos.

Mujer que anhelas quererte: ¡convierte ese anhelo en realidad, porque tú sí puedes, tú sí te lo mereces y este sí es tu momento!

Con amor,

Mipacareu.